Nuestro CEO, Bob Grote, nos cuenta cuáles son las cinco tendencias que observa mientras nos preparamos para el 2022.
A medida que 2021 llega a su fin, evaluamos qué lecciones podemos aprender para el nuevo año y nos proyectamos hacia el 2022 observando cuáles son las tendencias que las personas que trabajan en la industria del procesamiento de alimentos deberían tener en cuenta.
Sí, aún hay incertidumbre en el mercado, pero en cierto modo lo podemos manejar si entendemos qué fuerzas están en juego. Esta información permitirá que los integrantes de la industria puedan planificar estratégicamente lo que se avecina.
Aquí hay cinco tendencias para observar en 2022.
1) Inconvenientes en la cadena de suministro: los retrasos en la cadena de suministro han afectado a casi todas las empresas e industrias en su lucha por obtener lo que necesitan para entregar bienes a los consumidores.
Como algunos recursos son más difíciles de conseguir que otros, la cadena de suministro provoca falta de productos que pueden ser impredecibles. ¿Por qué, por ejemplo, las chuletas de cerdo están disponibles en abundancia mientras que las alitas de pollo parecen más difíciles de conseguir?
Esta imprevisibilidad puede ayudar a explicar por qué algunos procesadores eligen actuar como sus propios proveedores. Ellos cubren sus propias necesidades. Como resultado, podemos ver el aumento de la integración vertical, que prevalecía hace un siglo.
Pensar en el enigma del inventario también puede ayudar a los procesadores a adelantarse a la demanda. Si bien el sentido común podría indicar que debemos mantener el inventario en un nivel bajo, en esta situación podría ser más prudente comprar más. Los procesadores no pueden obtener ingresos si no tienen inventario, por lo tanto, para lograr el éxito en el 2022, es importante pensar y planificar con anticipación para ordenar y comprar lo que se necesita de los proveedores para continuar produciendo.
Si bien la cadena de suministro presenta un desafío, lo más probable es que sea un problema a corto plazo. Sí, es posible que la situación demore un poco en resolverse, pero es posible que este desafío en particular llegue a su fin en los próximos 12 meses.
2) La inflación seguirá teniendo un impacto: a diferencia de los problemas a corto plazo de la cadena de suministro, la inflación es una tendencia que actualmente está generando un impacto y que llegó para quedarse por un tiempo. De cara al futuro, es posible prever unos años de aumento de precios.
Casi todas las empresas experimentan aumentos de precios. La tasa de inflación es actualmente más alta de lo que hemos visto en algún tiempo.
Esto tiene el potencial de cambiar la dinámica del mercado de manera significativa. La inflación afecta todo. Tiene un impacto circular. Los procesadores gastan más para fabricar productos y, en consecuencia, trasladan esos costos a los consumidores.
¿La inflación afecta la escasez de mano de obra? Si bien es posible que debido a la pandemia de COVID muchos trabajadores hayan tenido que dejar sus trabajos, ¿se verán obligados a regresar a causa de la inflación?
3) La escasez de mano de obra se suma a los problemas de producción: En referencia a la inflación, el mercado laboral también presenta un desafío para las empresas. La falta de trabajadores crea un obstáculo en la producción. Esto se suma a los problemas de la cadena de suministro.
Una clave para resolver este problema podría ser pagar salarios más altos. Al aumentar los precios debido a la inflación, los costos laborales más altos se pueden trasladar a sus clientes.
4) Automatización a la vanguardia: Mientras los fabricantes luchan por encontrar mano de obra, la automatización se presenta como una solución para abordar este desafío. La falta de mano de obra va a impulsar la automatización como solución. Los procesadores deben seguir el dólar y, si a través de la automatización se logra una mayor producción, debería considerarse como una prioridad.
Por supuesto, durante años se ha hablado de una mayor automatización y, en este aspecto, Europa está más avanzada que los EE. UU. Pero la tormenta perfecta formada por la escasez de mano de obra, la inflación y los problemas de la cadena de suministro está causando que muchos consideren a la automatización como una prioridad en la industria del procesamiento de alimentos.
La inversión en robótica de contacto con alimentos ha alcanzado una cierta madurez. Si bien el mercado reconoció la oportunidad hace años, la industria del procesamiento de alimentos no estaba lista. Los últimos 18 meses ayudaron a preparar a más procesadores para este cambio. Ahora que no encuentran suficiente mano de obra para abastecer su línea, la automatización puede ser una solución. De esta manera, los procesadores podrían decidirse a comprar soluciones de automatización antes de lo planeado.
Los procesadores se encuentran entre los últimos en la industria alimentaria en adoptar la automatización. En ambos extremos, se ha adoptado la tecnología. Los agricultores, por ejemplo, la han estado utilizando durante años. El uso de satélites de automatización les permite cultivar 50 veces la superficie con menos trabajadores. Por supuesto, en el otro extremo, los servicios de entrega la están aprovechando al máximo. En el medio, se encuentran los procesadores, que aún no han adoptado estas soluciones. Mi predicción es que ese cambio se aproxima.
Es importante tener en cuenta que la automatización no va a generar despidos, ya que no reemplazará a nadie. Simplemente permitirá llenar los vacíos donde la mano de obra humana no esté disponible. El uso de la robótica también implica un aumento de las condiciones sanitarias.
También están los trabajos que la gente no quiere hacer. Por ejemplo, pararse en una línea de fabricación de sándwiches significa trabajar en un ambiente frío y húmedo. La demanda no va a desaparecer, pero los trabajadores ya no están tan interesados en postularse para estos trabajos. La automatización puede ser la respuesta. No existe riesgo de COVID y tampoco están los problemas que los procesadores deben afrontar con la mano de obra humana.
5) Cambios en el comportamiento del consumidor: Los cambios en la manera de comer de las personas seguirán afectando a la industria en 2022 y en el futuro.
Los consumidores están tomando decisiones más saludables en lo que respecta a dietas y nutrición. El mercado de alternativas a la carne se ha beneficiado con estas tendencias, creciendo un 45 % en 2020, el doble de rápido que las carnes convencionales. Estas alternativas son más respetuosas con el medio ambiente y el crecimiento del mercado está causando una baja de precios, lo que permite aumentar aún más su adaptación.
Sin embargo, con frecuencia, los ingresos de las personas determinan qué compran para comer. De esta manera, con el aumento del costo de vida, mientras los salarios se mantienen estables, un segmento de la población deberá ajustarse a su presupuesto al tomar decisiones sobre qué comprar. La cadena de suministro también influye en estas decisiones. ¿Qué hay disponible para comprar en el supermercado? ¿Y cuánto cuesta?
La pandemia llevó a muchas más personas a comprar comida en el supermercado y cocinarla en casa. Esta tendencia se quedará con nosotros, incluso después de la pandemia. Es posible que lleve mucho tiempo para que las personas vuelvan comer en los restaurantes como antes. El comportamiento ha cambiado. Esto significa que los procesadores deben considerar de qué manera van a envasar sus productos. Tal vez, tendrán que dividirlos de manera diferente.
Los desafíos de 2022 también presentan oportunidades
Una de las mejores cosas de trabajar en la industria alimentaria es que la gente siempre necesitará comer. Nuestra industria puede resistir las tormentas actuales mejor que otras industrias. Como se puede observar, todos estos problemas están relacionados entre sí. Al abordar uno, es posible ayudar a resolver otro.
Si bien la forma en que los procesadores necesitan suministrar sus productos puede estar cambiando, lo que puede causar desafíos temporales e impulsar el cambio, siempre habrá necesidad de consumo para los productos alimenticios. Por eso, quienes están en la industria del procesamiento de alimentos deberían tener la seguridad de que siempre habrá continuidad, independientemente de las difíciles situaciones del mercado.